Karen Abudinen
Un 2014 para proyectar, actuar y reflexionar

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Me confieso hiperactiva y ejecutiva, pero gracias a la temporada decembrina, y a las excelentes posibilidades de las redes sociales, me atrevo a proponerles un 2014 con mucha acción, pero con vocación de aprendizaje y de futuro.

Ustedes y yo tenemos algo en común: nuestro gran amor por las ciudades y nuestra convicción de que la clave del desarrollo de un país reside en ellas, y muy especialmente en su capacidad de llenar las expectativas de los niños y niñas y de impulsar, específicamente, a su primera infancia.

Por eso, al igual que ustedes, estoy convencida de que no hay un minuto que perder. En lo personal, en Mi Barranquilla,  la gestión social no entiende de vacaciones ni de descanso, y aunque nos las hemos arreglado para reflexionar un poco sobre los grandes logros de 2013, nuestra mente y nuestras manos están en el 2014 desde hace ya varias semanas. La construcción de tejido social es una tarea delicada, que implica constancia y convicción. Una tarea sólo apta para quienes “vibran lo social”.

Los frentes son varios. Por un lado, e inspirados por Tonucci, no cesamos de pensar en una Barranquilla construida alrededor de la primera infancia. Y esto, créanme, no es un planteamiento retórico. Estamos hablando como lo diría el experto italiano es una urbe que en todas sus esquinas sea apropiada y conveniente para el desarrollo de los más pequeños. Una ciudad que al ser óptima para los niños y niñas, lo es para cualquier persona. Es decir una urbe excelente. No hay punto intermedio. Y estamos convencidos, en nuestro caso, de que Barranquilla va por ese camino, al tiempo que celebramos que otras capitales como Medellín estén comprometidas con esta causa. Son nuevos vientos en Colombia.

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En Barranquilla nos interesa construir ciudad alrededor de la gestión social, y específicamente alrededor de los niños y niñas. Por eso escuchamos atentamente a Siobnan Fitzpatrick y a Norma Rudolph, y al oírlas nos convencimos aún más de la pertinencia de escuchar sus testimonios en nuestra ciudad: las sociedades confluyen alrededor de los más jóvenes, y trabajando por ellos, se trabaja por todos, porque su bienestar está íntimamente relacionado con el respeto a los derechos de sus madres (y padres). Porque su formación a menudo está relacionada con la plenitud de sus abuelos y abuelas. Porque su cuidado a menudo tiene que ver con los adolescentes y adultos jóvenes. Porque esos pequeñines en relativamente poco tiempo serán muchachos y muchachas en busca de oportunidades de emprendimiento y de innovación.

El 2014 de aquellos que vivimos apasionados con la construcción de ciudad desde la gestión social pinta muy movido y eso me emociona bastante, no en vano ya llevamos alrededor de dos años trabajando, pero al tiempo, alistando el terreno para los proyectos de los años venideros. Este trabajo no se debe entender como una fotografía: una imagen o unos resultados estáticos que demuestran una buena o mala gestión. Se debe entender como una película, donde cualquier hecho es parte de un todo, donde cada acción tiene consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

La foto del balance de 2013 es satisfactoria. Pero no es más que una meta volante. Lo que está en juego no son los resultados del programa A o de la iniciativa B. De lo que estamos hablando, como sabiamente lo ha señalado la Alcaldesa Elsa Noguera, es de volver a la gente el eje de las ciudades. La infraestructura física es útil e indispensable ¿quién lo niega? Pero: ¿De qué serviría todo eso si el tejido social es disfuncional o desarticulado? ¿El desarrollo para qué?

El desarrollo es para la felicidad, para el bienestar y para la realización. Por eso la Secretaría de Gestión Social de Barranquilla tiene que ver con todo. Porque la ciudad es la gente y nuestro compromiso es que en Colombia, y específicamente en Barranquilla, no se vuelva a entender el crecimiento económico como algo desarticulado de la comunidad. Afortunadamente, tenemos en el sector público, en el privado, en la academia, en las asociaciones ciudadanas, en los medios de comunicación, y en cada ciudadano y ciudadana, los mejores aliados para esta tarea, que hoy se centra en Barranquilla, pero que le apunta a ser toda una corriente de orden nacional.

Así que se nos viene un 2014 con mucha gestión social: con mucha acción, claro. Pero aprendiendo del pasado y pensando, a cada instante en el futuro. En la mirada de un niño o niña, se suman la historia, el presente y el futuro de un territorio.

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