Este es un día especial para todos y todas. Nuestras madres nos han llenado la vida de alegría, de conocimiento, y por supuesto, de un gran amor que nos permite transitar por la vida con entusiasmo y energía. Ellas nos han regalado su  fortaleza y valor. Todos los días de nuestra vida nos recordaremos siendo niños, sintiendo sus besos y abrazos, escuchando sus canciones y consejos, disfrutando de su sonrisa que lo sana todo. Por eso hoy las felicito, mamás. A las que nos dieron la vida, pero también a quienes, sin ser madres biológicas, han sido madres espirituales e intelectuales.

Para nadie es un secreto que las madres son las mayores articuladoras de tejido social de las que se tenga noticia. Independientemente de circunstancias y entornos, todos tenemos en nuestra mente a una mujer, a una madre o una abuela que ha liderado familias o comunidades enteras, a menudo con bajo perfil, pero siempre con equilibrio y sabiduría.

Por eso hoy les deseo feliz día a todas las madres de Barranquilla, de Colombia y del mundo. A todas esas mujeres que, cada vez más, se están escapando de los clichés para convertirse en líderes aún mejores para nuestra sociedad.

Día a día en mi trabajo como Secretaria de Gestión Social encuentro casos extraordinarios de cómo las madres se apersonan del futuro de sus familias y comunidades. Cada vez más emprendedoras e innovadoras, pero con el ahínco y la entrega que las ha caracterizado desde siempre. Con ideas que van más allá de sus intereses individuales.

Me las encuentro en mi familia, en las oficinas de la Alcaldía, los Centros de Desarrollo Infantil de Infancia de Primera, en las reuniones de las Mujeres Barranquilleras Autónomas, en las Casas de Vida, en las Ferias BiBa o en los espacios de los Jóvenes con Propósito, y cada vez las veo más independientes, más creativas, más dinámicas y más decididas a cerrar, de una vez por todas, el odioso capítulo del machismo.

Cada vez encuentro mujeres más decididas a involucrar a sus parejas de forma activa en la crianza de los niños y las niñas y en la valiosa actividad que es jugar. Cada vez encuentro madres más empeñadas en lograr niveles de formación académica que les permitan escalar posiciones en la vida laboral. Cada vez encuentro mujeres más decididas a impulsar a sus hijos, y muy especialmente a sus hijas, a “tragarse el mundo” sin miedos ni timideces, para contribuir a hacer más grande a Barranquilla.

Eso me hace feliz. No es nada distinto de lo que vi en casa con mi madre y con mis abuelas, pero en este nuevo entorno social, las oportunidades para las madres son cada vez mayores y mejores. En un mundo consciente de la importancia de la sostenibilidad, de la innovación social, de la responsabilidad social y del valor compartido, es casi que imposible no darse cuenta que la forma de proceder tradicional en las madres, equilibrada, rigurosa, criteriosa y solidaria, es esencial para que nuestro entorno social y ambiental sea sustentable. Las madres han sido gestoras sociales desde antes de que se le pusiera teoría al asunto.

De nuevo las felicito, mamás, y les reitero que ustedes son una de las razones más poderosas para que en la Alcaldía trabajemos duro por el Bienestar Barranquillero y muy especialmente por la primera infancia. Porque ustedes no solo son nuestras mejores agentes educativas, sino muy especialmente nuestras principales agentes de cambio social. Cada una de ustedes, desde sus diversas posiciones, hace viable que Barranquilla sea una de las ciudades más prometedoras del continente, con proyectos sólidos a corto, mediano y largo plazo.

En nombre de toda la población de la ciudad, de los padres y de los hijos e hijas, les deseo todas las alegrías en este día, mis mayores innovadoras sociales.